Buscarte. Desearte. Quererte. Cuán viva se siente el alma cuando encuentra un contrincante válido, un alma genuina donde competir. No es fácil, nadie dijo que lo fuera. Pero cuando el cuore encuentra donde regocijarse, un adversario digno; la cosa cambia. El juego es otro. No será rápido, ni mañana, será cuando tenga que ser. Mañana, pasado, en un año. Lo cierto es que nadie despertaba tantas ganas de querer en mí.
Welcome honey. Bienvenido a este caos amoroso y adorable. Que el viaje sea leve, atento y amable. Lo mejor, está por venir. Eso te lo aseguro.

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Mil besos


Qué cosa más rara es el amor. Incluso el odio, el desencanto, la amistad, para mí todas son más entendibles. El amor se me hace extraño, indescifrable. Qué es esa cosa tan rara que a veces sí y otras tantas no se da. Pienso en cada persona que me amó, y las tantas otras a las que yo amé. Casi nunca coinciden, rara vez se da la casualidad de que yo te amo, yo también. El alcoyana-alcoyana del amor. El premio mayor, el gordo de navidad.
Qué “eso” nos hace que incluso en peores condiciones, caigamos en las manos de alguien que jamás hubiésemos elegido. Cómo funcionará el raro mecanismo en la cabeza y el corazón. Cómo es posible que sintamos real asco por una persona a la que amamos con todo nuestro corazón hace un tiempo. Qué extraño vacío, hambre o furia desata la culminación, el c´est fini.
Leí que el amor, como lo conocemos al principio, tendría su final “molti baci dopo”, aproximadamente unos mil besos después del primero. Mil besos. Eso duraría el amor efímero, para abrirle camino al verdadero. Si es que resiste.

Let´s fall


Un buen día descubrís que el amor es real, bastante más duro de lo que pensabas. Palpable y contradictorio. Cada cosa que decías “eso yo no” se pone en duda. Descubrís que con un sólo beso podés volar, que le amor del otro te engrandece. Que te alivia el dolor más profundo, el que te quema y destroza el alma. Que el amor te salva, hace que todo sea más fácil, aún lo imposible. Que el salto al vacío es es un gran vacío si no hay amor verdadero. Que el abrazo te mece, te cura y te eleva. Que cuando bajás a la tierra, cuando él te mira, cada vez que te cuida como nadie, sabés que perdiste esta batalla. Que ya no estás sola nunca más. Que ya no sos tan tuya como creías.


Hace un año que soy libre. Libre, plena, auténtica.
Algunas relaciones son cárceles donde decidimos pasar el tiempo. Elegimos, libremente, dejarnos ir en lugar donde no podemos ser. Donde el otro decide cuanto te da y te quita. Donde estamos a su merced y antojo para lo que mande. Sobre todo si el otro es un tirano. Hasta que un buen día 14 de enero, gritás con toda la fuerza que sos capaz. Más fuerte que él, aún, que eso es mucho decir. Porque si de algo sabe él, es de gritar. Pero la cuestión es que gritás, y como quién está enterrado vivo, sacás la capa de tierra que hay sobre tu cabeza, con una fuerza sobrenatural, que no creías poseer. Y pataleás fortísimo hasta de a poco ir asomando. Hasta que tu cuerpo va apareciendo, te sacudís, te limpiás el barro. Y cada vez te sentís más fuerte. Porque podés respirar aire puro. Y ahí vás. Con la frente en alto, tratando de que nadie note todo el resto de mugre de tu ropa. Caminás despacio, pero a pasos cortos avanzás hasta tu casa, que ahora es sólo tuya. Y ese alivio es incomparable. Caminás por tus propios medios. Y contra todos sus pronósticos, corrés, porque las piernas te responden más que nunca. Y así seguís. Incluso al año de haber escapado de esta tumba. Y algo te dice, que cada vez que se aproxime el 14 de enero, vas a levantar una copa y te vas a iluminar, porque hace un año, o dos, o miles que volviste a liberarte.

Querido Papá Noel!
Para esta navidad quiero que me traigas un Iphone 4 con nextel, 3 pares de Manolo´s y un novio que sepa cocinar, usar un taladro y tocar canciones bonitas en la guitarra.

Frases ortibantes que le encanta decir a esta maestra ciruela.




¿Qué parte no entendés?
Mirame cuando te hablo.
¿Vos me ves reír?
No sé para qué me gasto en hablar.
Ahhhh sí: ¿cómo cuales?
Vamos a hacer de cuenta que acá no pasó nada.

La foto me la chorié de acá

El deseo gira en forma paralela

No es lo mismo soñar que desear
No es igual desear que añorar. Añorar que extrañar.
Pareciera que se añora lo perdido y se extraña aquello sobre lo que se tiene algún poder de potestad.
Se sueña lo imposible o lo poco probable y se desea lo factible.
Se desea lo amado.